Había una vez, una niña con mucha pena que decidió iniciar este blog , estaba en los peores momentos y muy triste, y aunque subió muy poco de todo lo que escribió, daba tristeza el hecho de entrar acá, sólo ha sido compartido con pocas personas, las más importantes creo. Las que ella consideró que podían leer
sus profundos temores.
Le puso un color negro, vacío y sin mucha vida, quizás era así como había decidido ver las cosas.
Ha sido un año complicado para esta criatura, y hace algunos meses atrás, recién aprendió y vio que todo y absolutamente todo pasa por algo y que el tiempo había echo lo suyo, a que los errores nos llevan a madurar de golpe. A que el tiempo nos dice que personas valen la pena, quienes realmente están con nosotros en las buenas y en las malas.
Y , si bien, había cambiado su forma de pensar y sentir, no ha escrito nada acá,
y por impulso de alguien comprendió a que si un día escribió tristezas
hoy puede escribir alegrías, se atreve a cambiar el color de su mundo.
El cambio de color lo hacemos en el alma y mediante los gestos y nuestras
miradas podemos demostrar que color llevamos, que color queremos ser
y que color nos describe.
El azul en algunas partes significan todo lo relacionado con la estabilidad, profundidad,
lealtad, confianza, sabiduría, inteligencia, fe, verdad, eternidad. El azul marino conocimiento, lo mental, integridad. Y, el celeste generosidad, salud, curación, frescor, entendimiento y tranquilidad.
Está asociado a los signos del zodiaco piscis, libra, acuario, y más importante, a sagitario.
Junto con todo lo anterior, para la niña, significa paz y ganas de soñar,
de cambiar definitivamente el switch para vencer sus miedos y sonreír.
La niña hoy está en calma y está cumpliendo una promesa.
Hace un tiempo ha empezado a alzar nuevamente su vuelo...
